Cabras de Fuerteventura

Fuerteventura está tan llena de cabras que durante años estos animales se han convertido en su símbolo.

Cada souvenir las representa y ellas, despreocupadas, pasan sus días masticando las pocas plantas que encuentran y dejándose fotografiar por los turistas.

Se alimentan de arbustos y prefieren los semiverdes, porque son más ricos en agua.
Mientras mastican, tal vez piensen: «Deberíamos empezar a cobrar al menos un euro por foto».

Si fuera así, podrían permitirse ir al restaurante todas las noches, dada la impresionante cantidad de fotos en las que son inmortalizadas.

Queso de cabra de Fuerteventura

Lo que más admiro de estos animales es su capacidad para soportar la sequía; se han acostumbrado a no beber y saben aprovechar la pequeña cantidad de agua que se acumula en las plantas gracias a la variación térmica entre el día y la noche.

Son un ejemplo perfecto de cómo la flexibilidad es la verdadera fuerza, de cómo es mejor trabajar duro que rendirse, de cómo luchar por sobrevivir es el antídoto contra la pereza y el lamento, tan queridos por los humanos.

Las cabras han sido y siguen siendo un recurso valioso para Fuerteventura: con su leche se elabora un queso excepcional, que en muchas ocasiones ha sido premiado a nivel internacional.

Las cabras se alimentan de arbustos secos y salados, lo que le confiere a su leche y, por lo tanto, al queso, un sabor único y equilibrado en su intensidad.

Vida en el desierto de Fuerteventura

En el desierto, además de las ardillas (con las que comparten fama y celebridad), las cabras tienen otros compañeros de habitación.

No es raro encontrarse con los numerosos erizos, que se camuflan fácilmente en el desierto, aprovechando su perfecta coloración en tonos similares.

Las cabras están acompañadas por numerosas especies de aves, entre las que destaca el Hubara, uno de los símbolos de Fuerteventura, un pájaro de tamaño mediano, tímido y con colores ocres, en peligro de extinción.

También encontramos muchas otras especies de aves, como algunas variedades de «Upupa» y diferentes tipos de halcones, así como la «Pardela» y el «Guirre», una especie de buitre también en alto riesgo de extinción, y muchas otras especies.

Otros compañeros de las cabras son los diferentes tipos de lagartijas, que pasan el día huyendo de los depredadores y relajándose al sol sobre alguna roca.

En Fuerteventura no hay serpientes, escorpiones, arañas venenosas u otras criaturas peligrosas.

La Naturaleza Viva de Fuerteventura

Toda esta vida se mueve en un escenario de arena, tierra y cielo que parece una pintura.
Una obra maestra de combinaciones cromáticas donde nada es casual: desde la terraza de Alma Calma Hotel Rural podrás observar y escuchar a las muchas aves que disfrutan cantando en nuestros árboles, que les ofrecen un oasis real en el desierto.

El plumaje y el pelaje de los animales han sido diseñados para mimetizarse a la perfección, la composición volcánica de la tierra y las rocas ha sido creada para acoger y nutrir a las especies vegetales que regulan el ecosistema.

Todo orquestado por la humedad nocturna, que proporciona el único elemento irremplazable e indispensable: el agua.

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