¿Por qué elegir Fuerteventura para tus vacaciones?
O la amas y no puedes prescindir de ella o la odias y querrás volver a venir.
Aquí hay una naturaleza extrema, capaz de desafiarte con la “furia de los elementos” al estilo Apocalipsis o sorprenderte con su lado suave, envolvente, idílico, como un Paraíso Terrenal.
Fuerteventura no tuvo que intentar convencernos: fueron necesarios 6 días entre noviembre y diciembre de 2012, algunos incluso nublados y con mucho viento, para que nos enamoráramos perdidamente de ella. Y no hablo de un enamoramiento pasajero: nos enamoramos de esta isla de una manera madura, consciente y abrumadora.
Nos hechizó con su indiferencia, su desparpajo, el hecho de que no se deja llevar, que no le importa el turismo de masas. La amamos por su capacidad de asombrarnos con diferentes y bellos paisajes, y por su ternura cuando decide ofrecerse generosamente a nosotros, en días claros y llenos de luz.
¿Cómo amas Fuerteventura?
Ya desde el primer día entendimos que para amarla hay que aceptarla tal como es, incluso cuando amanece de mal humor y nos echa en la cara su viento (que no nos deja ni abrir la puerta del coche), o sus altas olas y corrientes (que nos desafían mientras nadamos), o su arena que resbala por todos lados y que a veces no podemos quitar ni en la ducha.
La paradoja es que estas «rabietas» de primadonna suyas la hacen aún más atractiva para nosotros.
¿Para quién no es Fuerteventura?
Quién espera establecimientos de baño con un sinfín de sombrillas y bares abiertos las 24 horas, donde los animadores animan a hacer aeróbic acuático; aquellos que quieran tumbarse en camas de masaje, comer pasta, tomar cócteles y bailar día y noche, no estarán a gusto en Fuerteventura. Los que odian la arena y el viento, los que se quejan de que las playas no están acondicionadas, los que quieren ir de compras a un sinfín de centros comerciales, los que no quieren salir de la villa turística, no les gustará esta isla y probablemente no volverán.
¿Para quién es Fuerteventura?
Es la isla perfecta para los que aman y respetan el medio ambiente, para los que reconocen la libertad que sólo puede dar el contacto con la naturaleza. Es la isla de las personas capaces de apreciar panoramas de conmovedora belleza, playas donde practicar infinidad de deportes y actividades, para los que quieren volver a la perfecta armonía de lo esencial. Es la isla de los curiosos, deseosos de experimentar con las muchas y sabrosas comidas autóctonas a base de queso de cabra, carnes y pescados a la brasa.
Es la isla de los verdaderos viajeros, que amarán Fuerteventura hasta el punto de volver muchas veces.